Jean-Clauude y Cédric son convocados a una entrevista de trabajo. Algún tiempo después, una carta dirigida a sus domicilios respectivos les informa de que no han sido aceptados.
Decepcionado, Jean-Claude se deja abatir y maldice su mala suerte. Su humor se vuelve execrable. Su reacción excesiva produce una discusión con su mujer. Se encierra en su rencor. Evidentemente, las cartas de ofrecimiento que escribe a continuación se resienten de ello, y su búsqueda de empleo va alargándose.
Cédric también se ha sentido decepcionado al no haber obtenido el puesto. Tras un momento de desaliento intenta comprender las razones. Pasa revista a su entrevista, identifica sus puntos débiles, piensa en el modo de poder mejorarlos... En resumen, toda su energía se centra en las lecciones que puede obtener del fracaso. Poco a poco, recupera confianza y escribe unas cartas más tónicas y dinámicas.
¿Es necesario aclarar quién de los dos encuentra primero el empleo?
Encontrar el aspecto positivo de un fracaso es cosa nuestra.
(141ª mañana)
No creo que lo supieras, pero este tipo de libros me van bastante la verdad. Pero bueno, lo prometido es deuda, así que espero que todavía tengas mi "kit de playa" por ahí entre revistas ehh... jejeje.
ResponderEliminarmuxuuu!!
sandri
Vaya, perlas de sabiduría xD
ResponderEliminarAlgunas son interesantes, pero nada mejor que la vida real para estas cosas.
Oso historia polita!
ResponderEliminarAzkenaldin oso pentsakor nabil, eta asko gustatzen zaizkit horrelako gauzak. Gehiago pentsarazten didate.
Zerbait gaizki egin badezu, edo zerbait txarra gertatu bazaizu, zergatik jarraitzen degu hortan pentsatzen, gauzak ahaztu eta guztiari bere alde positiboa ikusi beharrean? Hala ere, oso errexa da hori esatea, eta gehiago kostatzen da praktikara eramatea, ezta? Neri gutxienez bai.
Ondosegiii
Muxuu
;););)
Ane