Pensando en el tema del curso, la gestión del tiempo, uno de los dirigentes se arriesgó a responder: "Ha querido usted demostranarnos que el tiempo es comprimible y que incluso cuando nuestra agenta está sobrecargada siempre es posible añadir algunas citas más.
El maestro sonrió.
"La gran verdad que nos enseña esta experiencia es que si yo no hubiera puesto los guijarros grandes primero, no hubiera podido hacerlos entrar todos luego"
Un profundo silencio acogió sus palabras. Todos tomaban conciencia de la evidencia de aquelaas frases, sin comprender sin embargo su sentido.
"¿Cuáles son los grandes guijarros de su vida?", prosiguió el maestro. "¿Cuáles son sus prioridades absolutas?. En una palabra, lo esencial de su existencia. ¿Su familia?, ¿Su salud?, ¿Sus amigos?, ¿Realizar sus sueños?, ¿Cultivarse?, ¿Defender una causa?, ¿Tener tiempo?, ¿Ser feliz?. La lección que debemos sacar de este experimento es que debemos siempre dar primacía a lo ESENCIAL, de los contrario nos arriesgamos a que nuestra existencia se nos escape. Si se da prioridad a las menudencias (la grava, la arena), nuestra vida no irá hacia lo ESENCIAL."
La concurrencia escuchaba en silencio estas frases llenas de sabiduría.
Entonces añadió el profesor: "Hagánse cada día la pregunta: ¿cuáles son los guijarros grandes de mi vida? Y colóquenlos prioritariamente en su bote."
Tras estas últimas palabras, el viejo profesor saludó al auditorio y, lentamente, abandonó la sala. Conmovida hasta las lágrimas por esta lección de sabiduría, la concurrencia aplaudió.
Lixto, ta zuentzako zer da lo ESENCIAL?
Ondosegi
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